Mamá Primeriza? Aquí hay verdades que nadie te dice antes de tener un bebé

Después de pasar una semana con nosotros, cuidando a nuestro primogénito, llegó el momento (temido por mí) en el que mi marido tuvo que regresar a trabajar.
Ese fue el primer día sola, con un recién nacido y un terror espantoso de hacer las cosas mal.

Mi esposo dejo todo listo, suplió la mesita del cambiador, me preparó algo de desayunar, me aseguró mil veces que iba a tener el celular prendido todo el tiempo Y se fue dejándome una cajita de chocolates para ahogar mis penas (ya que no las podía ahogar en tequila 😅)
Cuando regresó en la tarde me encontró llorando en la mecedora cual Magdalena con el bebé en brazos. 

-Que pasó? Estas bien?

-No tengo la menor idea de lo que estoy haciendo!- lloré mientras le mostré a mi bebé con el pantalocito al revés.

-Mi amor, ninguna mamá primeriza tiene la menor idea de lo que hace, seguro tu mamá tampoco la tuvo…

Y entonces empecé a llorar más, porque me di cuenta de que tenía razón (y porque  andaba de hormonal)

Siento que esa es una de las pequeñas verdades de la maternidad de las que no te enteras hasta que entras al club. Cosas que me hubiera gustado saber cuando me inicié en la tarea de ser mamá.
Así que aquí les dejo una pequeña recopilación.

Vas a volver a dormir, pero nunca va a ser lo mismo.


Desde hoy y para siempre tu sueño se va a volver ligero, vas a poder escuchar a tu bebé estornudar a dos habitaciones de distancia y con tu marido roncando. Y en 15 años vas a escuchar a tu adolescente jugar videojuegos a media noche cuando se supone que debe estar estudiando para un examen. 

El sueño profundo se va por siempre…

Nadie, ninguna madre primeriza en ningún lado del mundo tiene la más razón p*** idea de lo que está haciendo.


NINGUNA EN TODO EL PLANETA. Yo trabajé con niños 15 años antes de ser madre, 10 de ellos con bebés. Aún así, ser mamá me agarro en curva, es totalmente diferente cuando son tus hijos y/o cuando quieres poner poner la teoría en práctica. Todas reaccionamos a lo que sucede en el momento. Si alguna mamá primeriza te dice que lo sabe todo, huye y cuéntaselo a quien más confianza le tengas.  


Consigue una amiga mamá, va a ser tu salvación



Una amiga para comadrear que no juzgue tus pisos sin limpiar y que se haga de la vista gorda de la pila de trastos sucios en el fregadero.
Alguien con quien puedas tomar una tacita de café en medio del caos, y a quien le puedas mandar un mensaje por WhatsApp escondida en el baño cuando necesites un respiro.
Te prometo que este consejo puede salvar tu cordura.

Vas a amar a tu bebé, pero no te va a a caer bien siempre

Claro que el amor que vas a sentir por tu pequeñín va a ser lo más grande que has sentido jamás, pero a veces (sobre todo al principio) vas a tener días en el que te va a desesperar y es completamente normal.

Es totalmente aceptable poner al bebé que no has podido calmar en la última  hora en su cuna por cinco minutos mientras vas a gritar al baño. 

Estos momentos se van a repetir toda su niñez, y eso no te hace mala madre, solo te hace humana.

Los 90 días de neblina


Los primeros tres meses de la vida de tu bebé van a ser de ajustes físicos y mentales.

No importa cuanto ames a tu hijo y pasar tiempo con el, vas a tener momentos (días incluso) en los que vas a odiar tu nueva vida. Vas a tener un cuerpo que no reconoces, y que no puedes controlar muy bien, vas a sufrir la tortura que es cuando te mueres de sueño, vas a resentir a tu pareja, porque aunque  tu vida esté de cabeza, la suya parece haber cambiado muy poco.

Ten tus almendras con chocolate a la mano (te van a ayudar con los cambios hormonales)  deja a tu pareja que haga su parte y pide ayuda a tu familia sin vergüenza. Si tu mamá viene unas semanas a ayudarte, mejor. Siempre va a haber alguien feliz de sostener a tu bebé un rato mientras te bañas y duermes una siesta.

El sexo va a ser difícil al principio 

Así hayas tenido un parto vaginal o por cesárea, tus partes se tienen que reacomodar y no te van a dar nada de ganas por varias semanas (ya pasada la cuarentena). Date un par de meses para recuperarte y no te preocupes si al principio es un poco incómodo, poco a poco tu cuerpo va a regresar a la normalidad.

Todo vale la pena


Las noches sin dormir, el vomito, los miles de pañales, todo, absolutamente todo, vale la pena. Disfrútalo porque se va rápido.

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